Actividad de reflexión y análisis 5: Un pulso al fracaso
Este post quiere reflexionar sobre el visionado del documental un pulso al fracaso y relacionar después este comentario con la estrategia docente de proponer actividades complementarias. Creo que el punto más importante de los que trata el documental al respecto al fracaso escolar es la baja autoestima que limita a estos alumnos para hacer cualquier cosa que vayan a proponerse después en el futuro. Me da la sensación de que, como docentes, a menudo los vemos más como números de una estadística que como lo que son: personas.
A final, como hemos comentado ya alguna vez en el máster, lo más importante para los alumnos no es el fracaso escolar, sino el fracaso personal. Los alumnos que se ven obligados a recurrir a un centro de segunda oportunidad vienen de fallar estrepitosamente en numerosas ocasiones, y esto les lleva a deducir que no son capaces de hacer nada, que solo son buenos para crear problemas. Y si te crees algo así, tarde o temprano acabará siendo verdad.
Si miro a mis compañeros de clase veo músicos que graban discos, cantantes que participan en talent shows, bailarines, ingenieros muy capaces... Veo personas con sensibilidad e inquietudes, y no creo que esto se deba a que sean o hayan sido buenos estudiantes, como tampoco creo que se deba a su vocación como docentes; tienen talentos porque son personas, y estoy segura de que podríamos encontrar potenciales muy parecidos en alumnos con riesgo de ser incluidos en esas estadísticas de “fracaso escolar”.
Es por eso que me parece importante decirles a los chavales que tienen talentos e intereses que quizás ahora desconocen, pero que pueden cambiarles la vida, y me gustaría poder organizar en el futuro actividades complementarias que haga despertar su creatividad y su autoestima, que les haga plantearse qué tipo de adulto se quieren convertir.
Puede que no todos los alumnos de secundaria de esta promoción aprendan a hacer ecuaciones de segundo grado (o cualquier tema del currículo que se os ocurra), pero tal vez le estamos minando la moral a un futuro policía, a un rapero, a una bailarina o a una peluquera maravillosa.
Creo que necesitamos alejarnos de los prejuicios y acostumbrarnos a mirar más allá de lo que se refleja en la superficie.
Me paso únicamente para decirte que me gusta esta reflexión, y aunque la podría matizar, prefiero decir, con un simple pero sincero: me ha gustado. Aunque suene banal o estúpido.
ResponderEliminarUn saludete de Samuel.
¡No es banal, me da muchos ánimos! Y los necesito en este fin de semana de estudio, créeme. Gracias :)
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